sábado, 4 de agosto de 2012

Un solo latido...


Un suspiro que se escapa entre mis labios. Todo está en silencio. Puedo oír mi respiración, y escuchar el sollozo triste de mi corazón que no para de llorar porque le faltas. Lo alimento de recuerdos, perfectas imágenes recreadas en mi mente de cuando estamos juntos, sólo tengo que cerrar los ojos e imaginarlo todo. Así puedo verte, así puedo tenerte, rozar tu piel, besar tus labios, coger tu mano, mirarte a los ojos y susurrarte secretos al oído… Estos pensamientos saltan como una chispa hasta el corazón, el cual durante esos segundo e incluso minutos se siente dichoso y feliz de volver a estar junto a ti. Recordarte es como darle cuerda a un reloj, consigues que funcione hasta que vuelve a necesitar cuerda, y así lo hago yo, recuerdo y me alegro, hasta volver a necesitar imaginarte. Y no sabes la falta que me haces.


Y cada vez que termino, que mi imaginación exhausta agota los recuerdos, suspiro, el corazón se estremece, y late. Solamente late cuando esto ocurre, todos y cada uno de sus latidos se hacen eternos, interminables, pero llenos de hermosos recuerdos…

No puedes imarginar
lo mucho que te extraño

Te amo 

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