miércoles, 22 de agosto de 2012

La octava maravilla del mundo

Me enamoré de ti mirándote mientras dormías, imaginando lo bonito que todo sería, con mucho miedo a que supieses lo que sentía, a que descubrieras que en este juego yo ya te quería.

Y no sabía cómo expresar lo que retenía, lo que muy dentro de mi escondía, no sabía cómo te sentaría, saber que era el motivo de mi alegría

Me bastaba con tenerte, con que me miraras de repente, con varias horas al día entretenerte, con que de vez en cuando me tuvieras presente.

El juego era sólo un motivo, para poder estar un rato más contigo, dejando a un lado los amoríos, porque para todos éramos amigos.

Te tenía siempre presente, no lograba sacarte de mi mente, aun queriendo no pude olvidarte, porque yo ya empezaba a amarte.

Y empezar a sentir esa sensación, esa cuando sabes que hay una conexion, cuando se te acelera el corazón, y sientes presente que existe amor.

Empezar a mimarte como nunca, sentir en tu mirada esa dulzura, no poder pasarnos un día separados, entonces supe que te habías enamorado.

Madrugada de un veinte de febrero, tus besos me sabía a nuevo, todo era tan perfecto, y justo ahí empezó nuestro comienzo.

Comienzo que jamás voy a olvidar, comienzo que siempre quiero recordar, comienzo que tengo cada día presente, y hace que te ame más intensamente.




Y observar la octava maravilla del mundo,
porque aquellos que afirman que sólo hay siete
es porque no te han visto dormir


Siempre tuya, siempre mío, siempre nuesto


No hay comentarios:

Publicar un comentario